Mano Negra.

Fundada en Belgrado en 1911, la Mano Negra era una sociedad secreta que pretendía acabar con el dominio austro-húngaro en los Balcanes para instaurar la Gran Serbia unificada. Su líder era el jefe del servicio secreto serbio Dragutin Dimitrijevich, más conocido como coronel Apis, y su lema, “Unidad o muerte”.

Entre las acciones perpetradas por la Mano Negra figura el atentado de Sarajevo del 28 de junio de 1914, que costó la vida al archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austro-húngaro, y de su esposa, la duquesa Sofía. Fue el detonante de la I Guerra Mundial. El coronel Apis murió fusilado por su participación en el crimen.

20060211181317-francisco-fernando-de-austria-hungria-sofia1

Los 13 grandes hitos de la carrera espacial.

La carrera espacial fue uno de los enfrentamientos más constructivos que tuvo lugar entre la Unión Soviética y los Estados Unidos a lo largo de la guerra fría. Poco después de la Segunda Guerra Mundial, la exploración del espacio exterior se convirtió en una obsesión para las dos grandes potencias, lo que conllevó un fuerte desarrollo independiente por ambas partes.

Se puede decir fácilmente que la carrera comenzó con el lanzamiento del primer Sputnik soviético, aunque previamente hubo muchos desarrollos importantes que permitieron aquel lanzamiento del primer satélite artificial, pero determinar el final de esta carrera es más complicado. Tras la llegada del hombre a la Luna, la carrera espacial se ralentizó notablemente. Aún así, si pensamos en la carrera espacial como la rivalidad entre ambas naciones, lo justo sería poner el punto final en la primera misión conjunta entre ambas naciones, el proyecto de pruebas Apolo-Soyuz.

A continuación enumeraré brevemente lo que considero que son (a modo personal y totalmente discutible) los 13 grandes hitos de esta carrera espacial que supuso un gran avance en el acercamiento del hombre al espacio.

Sputnik 1: el primer satélite artificial

 

El 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética lanzaba al espacio el Sputnik 1, convirtiéndose en el primer satélite artificial de la humanidad. Tenía una masa aproximada de 83Kg y giró en torno a la Tierra con una órbita elíptica, cuyo apogeo se encontraba a 938km y su perigeo a 214km. Como vehículo de lanzamiento utilizó el R-7, que ya había sido probado meses antes para el lanzamiento de misiles balísticos internacionales.

 

 

Este hito supuso la primera victoria en esta carrera espacial para la Unión Soviética. Este satélite sería el primero de una serie de cuatro satélites del programa Sputnik que la Unión Soviética planeó para, entre otras cosas, celebrar el Año Internacional Geofísico (1957-1958). Este primer satélite de la serie, además de ser pionero, se encargó de obtener información sobre la densidad de las capas altas de la atmósfera, así como de la propagación de las ondas de radio en la ionosfera.

 
Sputnik 2: el primer animal en el espacio

El 3 de noviembre de 1957, después de haber sido lanzado a las 2:30 de la madrugada, el Sputnik 2 se ponía en órbita en torno a la Tierra a las 19:12. Esta segunda nave del programa Sputnik tenía como objetivo poner en órbita por primera vez material biológico, para lo que llevaba una cápsula cónica de dos metros de diámetro y cuatro metros de altura. Dentro de ella viajaba Laika (originariamente llamada Kydryavka), la perra que se convirtió en el primer animal en llegar al espacio.

La nave no llevaba ningún tipo de cámara, por lo que no existen imágenes de Laika durante el que sería su último víaje. La misión nunca tuvo intención de traerla de vuelta a la Tierra, aunque en habitáculo tenía mecanismos para recoger sus excrementos, alimentarla y regenerar el aire. En el año 2002 se reveló que Laika había aguantado poco tiempo con vida, ya que murió a causa del sobrecalentamiento de la nave y el estrés.

 

 

SCORE: el primer satélite de comunicaciones

El 18 de diciembre de 1958, los Estados Unidos conseguían su primera victoria en la carrera espacial poniendo en órbita el primer satélite de comunicaciones de la historia. El satélite en sí, solamente fue utilizado para poder demostrar la posibilidad de utilizar satélites orbitando alrededor de la Tierra con fines comunicativos.

 

 

El SCORE (Signal Communication by Orbiting Relay Equipment) únicamente se mantuvo en órbita durante poco más de un mes, reentrando en la atmósfera el 21 de enero de 1959. A lo largo de ese mes, entre otras cosas, emitió el mensaje navideño del presidente Eisenhower, grabado previamente en unas cintas magnetofónicas con las que estaba equipado el satélite.

 

 

 

Vanguard 2: el primer satélite meteorológico

 

El 17 de febrero de 1959, Estados Unidos puso en órbita el Vanguard 2, convirtiéndose en el primer satélite puesto en órbita por el hombre con fines meteorológicos. Más concretamente, el satélite estaba diseñado para medir la distribución de las nubes durante los primeros 19 días en órbita, mediante un escáner óptico con el que estaba equipado el satélite.

 

Después de esos 19 días iniciales, el satélite se ha mantenido en orbitando cada 125 minutos, para recopilar información sobre la densidad de la atmósfera, algo que se prevee que siga haciendo durante el resto de su vida útil, estimada en 300 años.

 

 

 

Luna 2: el primer satélite en llegar a la Luna

El 11 de septiembre de 1959, la Unión Soviética lanzaba la segunda nave del programa espacial Luna, con el objetivo de alcanzar por primera vez la superficie lunar. Dos días más tarde, el 13 de septiembre de 1959 a las 21:02, la sonda espacial Luna 2 se estrellaba contra El Mar de la Serenidad, consiguiendo el éxito de la misión.

Esta misión, pese a marcar el hito, no fue la más importante del proyecto Luna. El Luna 3 se lanzaría pocas semanas más tarde con mucha más complejidad y objetivos más amplios. Hasta el lanzamiento de Luna 9, no se produciría el primer alunizaje controlado.

 

 

 

Vostok 1: Yuri Gagarin, primer hombre en el espacio

El 12 de abril de 1961, la Unión Soviética ponía en órbita el Vostok 1, y con eso hacía uno de los mayores avances de la carrera espacial, proclamando a Yuri Gagarin como el primer ser humano en alcanzar la órbita terrestre. Previamente, la nave Vostok había sido probada en dos misiones anteriores no tripuladas, con el objetivo de conseguir un vuelo compatible con una misión tripulada sin riesgo para la tripulación de la nave.

Yuri Gagarin, a bordo del Vostok 1, alcanzó una altitud de 315 km. Gracias a ello, se obtuvo por primera vez una visión real de cómo era la Tierra vista desde el espacio exterior: azul. La duración del vuelo fue únicamente de 1 hora y 48 minutos, tras los cuales Yuri Gagarin volvió a la Tierra sano y salvo. Gracias a esto, la Unión Soviética se adelantó en poco menos de un mes a los Estados Unidos, quienes pusieron a Alan Bartlett Shepard en un vuelo suborbital el 5 de mayo de ese mismo año.

 

 

Vostok 6: Valentina Tereshkova, primera mujer en el espacio

El 19 de junio de 1963, la Unión Soviética puso en órbita la Vostok 6, siendo la última misión tripulada del programa Vostok, pero a su vez, marcando un hito al poner en órbita a Valentina Tereshkova, la primera mujer en el espacio. La misión duró casi tres días, a lo largo de los cuales la Vostok 6 dio un total de 48 vueltas alrededor de la Tierra.

 

Para el éxito de esta misión, los trajes típicos de los cosmonautas soviéticos tuvieron que ser modificados para adaptarse a la fisionomía femenina. El objetivo de la misión, además de encontrar posibles diferencias entre el comportamiento de los organismos de hombres y mujeres, fue el refinar el problema de la alimentación de la tripulación de las misiones espaciales.

 
Vosjod 2: Alekséi Leónov, primer paseo espacial

El 18 de marzo de 1965, la Unión Soviética ponía en marcha una nueva misión tripulada, la Vosjod 2. En esta ocasión, la nave llevó dos tripulantes: Pável Beliáyev y Alekséi Leónov. Una vez en órbita, Leónov se puso un traje espacial y, mientras Beliáyev se quedaba en el interior, salió a fuera de la Vosjod 2, realizando el primer paseo espacial de la historia de la humanidad.

 

Pese al gran éxito, la misión estuvo plagada de problemas relacionados con el sellado de la nave después del paseo espacial. Gracias a la pericia de ambos cosmonautas, pudieron solucionar el problema, así como aterrizar con el sistema manual después de que el sistema de aterrizaje automático quedase fuera de servicio. Todos los problemas provocaron que tras el aterrizaje, ambos tripulantes tuvieran que pasar dos días sobreviviendo en medio de los Urales.

 

Venera 3: la primera sonda en llegar a otro planeta, Venus

El 16 de noviembre de 1965, la Unión Soviética lanzó la sonda Venera 3. El objetivo de esta misión era alcanzar la superficie de Venus, convirtiéndose en el primer artilugio humano en alcanzar otro planeta. El 1 de marzo de 1966, la sonda Venera 3 impactaba finalmente en la superficie de Venus.

 

La misión pretendía obtener información sobre Venus, para lo cual la sonda iba equipada con un sistema de radiocomunicaciones, una fuente de energía y variados instrumentos científicos. Tras el impacto contra la superficie de Venus, los sistemas de comunicación quedaron totalmente inutilizados, teniendo que esperar hasta la llegada de la misión Venera 4 con su globo aerostático para poder obtener más información sobre el planeta.

 

Apolo 8: la primera misión tripulada en órbita lunar

El 21 de diciembre de 1968, los Estados Unidos pusieron en marcha la misión Apolo 8, poniendo en órbita a los astronautas Bill Anders, Jim Lovell y Frank Borman. Esta misión fue la primera tripulada en alcanzar la velocidad necesaria para escapar de la gravedad terrestre, consiguiendo ser los primeros humanos en orbitar alrededor de la Luna, el 24 de diciembre de 1968.

 

Anders, Lovell y Borman fueron los primeros hombres que vieron la cara oculta de la Luna, así como los primeros en ver la Tierra mientras orbitaban alrededor de otro cuerpo celestre. Tres días más tarde el Apolo 8 entraría en la órbita terrestre, amerizando sin ningún tipo de complicación.

 

 

 

Apolo 11: Neil Amstrong, primer hombre en la Luna

 

El 16 de julio de 1969, los Estados Unidos lanzaron la misión Apolo 11 con el objetivo de poner al hombre en la Luna por primera vez en la historia de la humanidad. La tripulación de la misión estaba compuesta por Neil Armstrong, Ewing Aldrin y Michael Collins. Cuatro días más tarde, el módulo lunar Eagle alunizaba en el Mar de la Tranquilidad sin ningún tipo de problemas.

 

El 21 de julio de 1969, seis horas y media después de haber alunizado, Neil Armstrong se convirtió en el primer ser humano en pisar la superficie lunar. Poco después Ewing Aldrin se convertiría en el segundo hombre en pisar la Luna, siendo Michael Collins el único que se mantuvo en órbita.

 

 

Mariner 9: el primer satélite orbitando en torno a otro planeta, Marte

El 30 de mayo de 1971, Estados Unidos lanza la sonda Mariner 9 con dirección a Marte. Al igual que el resto de misiones del programa Mariner, tenía como objetivo obtener información sobre el planeta rojo, mejorando los datos pobres obtenidos por sus predecesores. Por ello, la Mariner 9 se convirtió en la primera nave espacial en orbitar en torno a otro planeta.

 

El 13 de noviembre de ese mismo año, la Mariner 9 llegó a Marte, consiguiendo obtener en sus órbitas claras fotografías de toda la superficie de Marte, así como datos relativos a la presión, densidades y composición de la atmósfera marciana, así como sobre la temperatura, gravedad y topografía de Marte.

 

 

 

Apolo-Soyuz: el primer proyecto conjunto entre EE.UU. y U.R.S.S.

En julio de 1975, llegó el hito que pone fin a la carrera espacial tal y como la conocemos. La culpa de ello la tuvo la primera misión conjunta de las dos grandes potencias enfrentadas en la Guerra Fría: Los Estados Unidos y La Unión Soviética. Esta misión consistió en el acoplamiento en el espacio de una nave soviética, la Soyuz 19, y una nave estadounidense, la Apolo 18 (aunque nunca se llegó a utilizar este número para referirse a la misión).

 

La tripulación estadounidense estuvo formada por Thomas Stafford, Vance Brand y Deke Slayton, mientras que la tripulación soviética estuvo formada por Alekséi Leónov y Valeri Kubasov. Ambas naves fueron lanzadas con tan sólo 7 horas de diferencia el 14 de julio de 1975, teniendo el acoplamiento lugar dos días más tarde, momento que quedaría inmortalizado en el apretón de manos entre Thomas Sttaford y Alekséi Leónov.

Extraido de: Recuerdosdepandora.com

 

«El Banquete» Platón

—«Figúraseme, que hasta ahora los hombres han ignorado enteramente el poder del Amor; porque si lo conociesen, le levantarían templos y altares magníficos, y le ofrecerían suntuosos sacrificios, y nada de esto se hace, aunque sería muy conveniente; porque entre todos los dioses él es el que derrama más beneficios sobre los hombres, como que es su protector y su médico, y los cura, de los males que impiden al género humano llegar a la cumbre de la felicidad. Voy a intentar daros a conocer el poder del Amor, y queda a vuestro cargo enseñar a los demás lo que aprendáis de mí. Pero es preciso comenzar por decir cuál es la naturaleza del hombre, y las modificaciones que ha sufrido.

Plato

El Banquete (The Symposium)

»En otro tiempo la naturaleza humana era muy diferente de lo que es hoy. Primero había tres clases de hombres: los dos sexos que hoy existen, y uno tercero compuesto de estos dos, el cual ha desaparecido conservándose sólo el nombre. Este animal formaba una especie particular, y se llamaba andrógino, porque reunía el sexo masculino y el femenino; pero ya no existe y su nombre está en descrédito. En segundo lugar, todos los hombres tenían formas redondas, la espalda y los costados colocados en círculo, cuatro brazos, cuatro piernas, dos fisonomías, unidas a un cuello circular y perfectamente semejantes, una sola cabeza, que reunía estos dos semblantes opuestos entre sí, dos orejas, dos órganos de la generación, y todo lo demás en esta misma proporción. Marchaban rectos como nosotros, y sin tener necesidad de volverse para tomar el camino que querían. Cuando deseaban caminar ligeros, se apoyaban sucesivamente sobre sus ocho miembros, y avanzaban con rapidez mediante un movimiento circular, como los que hacen la rueda con los pies al aire. La diferencia, que se encuentra entre estas tres especies de hombres, nace de la que hay entre sus principios. El sol produce el sexo masculino, la tierra el femenino, y la luna el compuesto de ambos, que participa de la tierra y del sol. De estos principios recibieron su forma y su manera de moverse, que es esférica. Los cuerpos eran robustos y vigorosos y de corazón animoso, y por esto concibieron la atrevida idea de escalar el cielo, y combatir con los dioses, como dice Homero de Efialtes y de Oto. Júpiter examinó con los dioses el partido que debía tomarse. El negocio no carecía de dificultad; los dioses no querían anonadar a los hombres,  como en otro tiempo a los gigantes, fulminando contra ellos sus rayos, porque entonces desaparecerían el culto y los sacrificios que los hombres les ofrecían; pero, por otra parte, no podían sufrir semejante insolencia. En fin, después de largas reflexiones, Júpiter se expresó en estos términos: Creo haber encontrado un medio de conservar los hombres y hacerlos más circunspectos, y consiste en disminuir sus fuerzas. Los separaré en dos; así se harán débiles y tendremos otra ventaja, que será la de aumentar el número de los que nos sirvan; marcharán rectos sosteniéndose en dos piernas sólo, y si después de este castigo conservan su impía audacia y no quieren permanecer en reposo, los dividiré de nuevo, y se verán precisados a marchar sobre un solo pié, como los que bailan sobre odres en la fiesta de Caco.

Plato

El Banquete (The Symposium)

»Después de esta declaración, el dios hizo la separación que acababa de resolver, y la hizo lo mismo que cuando se cortan huevos para salarlos, o como cuando con un cabello se los divide en dos partes iguales. En seguida mandó a Apolo que curase las heridas y colocase el semblante y la mitad del cuello del lado donde se había hecho la separación, a fin de que la vista de este castigo los hiciese más modestos. Apolo puso el semblante del lado indicado, y reuniendo los cortes de la piel sobre lo que hoy se llama vientre, los cosió a manera de una bolsa que se cierra, no dejando más que una abertura en el centro, que se llama ombligo. En cuanto a los otros pliegues, que eran numerosos, los pulió, y arregló el pecho con un instrumento semejante a aquel de que se sirven los zapateros para suavizar la piel de los zapatos sobre la horma, y sólo dejó algunos pliegues sobre el vientre y el ombligo, como en recuerdo del antiguo castigo. Hecha esta división, cada mitad hacia esfuerzos para encontrar la otra mitad de que había sido separada; y cuando se encontraban ambas, se abrazaban y se unían, llevadas del deseo de entrar en su antigua unidad, con un ardor tal, que abrazadas perecían de hambre e inacción, no queriendo hacer nada la una sin la otra. Cuando la una de las dos mitades perecía, la que sobrevivía buscaba otra, a la que se unía de nuevo, ya fuese la mitad de una mujer entera, lo que ahora llamamos una mujer, ya fuese una mitad de hombre; y de esta manera la raza iba extinguiéndose. Júpiter, movido a compasión, imagina otro expediente: pone delante los órganos de la generación, por que antes estaban detrás, y se concebía y se derramaba el semen, no el uno en el otro, sino en tierra como las cigarras. Júpiter puso los órganos en la parte anterior y de esta manera la concepción se hace mediante la unión del varón y la hembra. Entonces, si se verificaba la unión del hombre y la mujer, el fruto de la misma eran los hijos; y si el varón se unía al varón, la saciedad los separaba bien pronto y los restituía a sus trabajos y demás cuidados de la vida. De aquí procede el amor que tenemos naturalmente los unos a los otros; el nos recuerda nuestra naturaleza primitiva y hace esfuerzos para reunir las dos mitades y para restablecernos en nuestra antigua perfección. Cada uno de nosotros no es más que una mitad de hombre, que ha sido separada de su todo, como se divide una hoja en dos. Estas mitades buscan siempre sus mitades. Los hombres que provienen de la separación de estos seres compuestos, que se llaman andróginos, aman las mujeres; y la mayor parte de los adúlteros pertenecen a esta especie, así como también las mujeres que aman a los hombres y violan las leyes del himeneo. Pero a las mujeres, que provienen de la separación de las mujeres primitivas, no llaman la atención los hombres y se inclinan más a las mujeres; a esta especie pertenecen las tribactes. Del mismo modo los hombres, que provienen de la separación de los hombres primitivos, buscan el sexo masculino. Mientras son jóvenes aman a los hombres; se complacen en dormir con ellos y estar en sus brazos; son los primeros entre los adolescentes y los adultos, como que son de una naturaleza mucho más varonil. Sin razón se les echa en cara que viven sin pudor, porque no es la falta de este lo que les hace obrar así, sino que dotados de alma fuerte, valor varonil y carácter viril, buscan sus semejantes; y lo prueba que con el tiempo son más aptos que los demás para servir al Estado. Hechos hombres a su vez aman los jóvenes, y si se casan y tienen familia, no es porque la naturaleza los incline a ello, sino porque la ley los obliga. Lo que prefieren es pasar la vida los unos con los otros en el celibato. El único objeto de los hombres de este carácter, amen o sean amados, es reunirse a quienes se les asemeja. Cuando el que ama a los jóvenes o a cualquier otro llega a encontrar su mitad, la simpatía, la amistad, el amor los une de una manera tan maravillosa, que no quieren en ningún concepto separarse ni por un momento. Estos mismos hombres, que pasan toda la vida juntos, no pueden decir lo que quieren el uno del otro, porque si encuentran tanto gusto en vivir de esta suerte, no es de creer que sea la causa de esto el placer de los sentidos. Evidentemente su alma desea otra cosa, que ella no puede expresar, pero que adivina y da a entender. Y si cuando están el uno en brazos del otro, Vulcano se apareciese con los instrumentos de su arte, y les dijese: ‘¡Oh hombres!, ¿qué es lo que os exigís recíprocamente?’, y si viéndoles perplejos, continuase interpelándoles de esta manera: ‘lo que queréis, ¿no es estar de tal manera unidos, que ni de día ni de noche estéis el uno sin el otro? Si es esto lo que deseáis, voy a fundiros y mezclaros de tal manera, que no seréis ya dos personas, sino una sola; y que mientras viváis, viváis una vida común como una sola persona, y que cuando hayáis muerto, en la muerte misma os reunáis de manera que no seáis dos personas sino una sola. Ved ahora si es esto lo que deseáis, y si esto os puede hacer completamente felices. Es bien seguro, que si Vulcano les dirigiera este discurso, ninguno de ellos negaría, ni respondería, que deseaba otra cosa, persuadido de que el dios acababa de expresar lo que en todos los momentos estaba en el fondo de su alma; esto es, el deseo de estar unido y confundido con el objeto amado, hasta no formar más que un solo ser con él. La causa de esto es que nuestra naturaleza primitiva era una, y que éramos un todo completo, y se da el nombre de amor al deseo y prosecución de este antiguo estado. Primitivamente, como he dicho, nosotros éramos uno; pero después en castigo de nuestra iniquidad nos separó Júpiter, como los arcadios lo fueron por los lacedemonios. Debemos procurar no cometer ninguna falta contra los dioses, por temor de exponernos a una segunda división, y no ser como las figuras presentadas de perfil en los bajorrelieves, que no tienen más que medio semblante, o como los dados cortados en dos. Es preciso que todos nos exhortemos mutuamente a honrar a los dioses, para evitar un nuevo castigo, y volver a nuestra unidad primitiva bajo los auspicios y la dirección del Amor. Que nadie se ponga en guerra con el Amor, porque ponerse en guerra con él es atraerse el odio de los dioses. Tratemos, pues, de merecer la benevolencia y el favor de este dios, y nos proporcionará la otra mitad de nosotros mismos, felicidad que alcanzan muy pocos. Que Eriximaco no critique estas últimas palabras, como si hicieran alusión a Pausanias y a Agaton, porque quizá estos son de este pequeño número, y pertenecen ambos a la naturaleza masculina. Sea lo que quiera, estoy seguro de que todos seremos  dichosos, hombres y mujeres, si, gracias al Amor, encontramos cada uno nuestra mitad, y si volvemos a la unidad de nuestra naturaleza primitiva. Ahora bien, si este antiguo estado era el mejor, necesariamente tiene que ser también mejor el que más se le aproxime en este mundo, que es el de poseer a la persona que se ama según se desea. Si debemos alabar al dios que nos procura esta felicidad, alabemos al Amor, que no sólo nos sirve mucho en esta vida, procurándonos lo que nos conviene, sino también porque nos da poderosos motivos para esperar, que si cumplimos fielmente con los deberes para con los dioses, nos restituirá él a nuestra primera naturaleza después de esta vida, curará nuestras debilidades y nos dará la felicidad en toda su pureza. He aquí, Eriximaco, mi discurso sobre el Amor. Difiere del tuyo, pero te conjuro a que no te burles, para que podamos oír los de los otros dos, porque aún no han hablado Agaton y Sócrates.»

Plato

El Banquete (The Symposium)

Piedra Rosetta

La piedra Rosetta. Al comparar las tres inscripciones que aparecen en la piedra (jeroglífica, demótica y griega), el famoso egiptólogo francés Champollion el joven logró descifrar la lengua de los antiguos egipcios. La humanidad recuperaba así una de las más brillantes civilizaciones y se hacía patente que no se trataba de una escritura pictográfica o ideográfica, sino perfectamente conceptual.

 

 

La piedra de Rosetta es parte de una antigua estela egipcia de granodiorita1 con texto grabado que proveyó la clave para el entendimiento moderno de los jeroglíficos egipcios. La inscripción registra un decreto que fue expedido en Menfis en el año 196 antes de Cristo, en favor del rey Ptolomeo V. En el decreto aparecen tres textos: el superior consta de 14 renglones escritos en antiguos jeroglíficos egipcios, el texto medio consta de 32 renglones en egipcio demótico y el texto inferior consta de 53 renglones en griego antiguo.1 Sus dimensiones son: 112,3 cm de alto (máximo), 75,7 cm de ancho, 28,4 cm de grosor.1

La estela, originalmente expuesta dentro de un templo, fue probablemente trasladada durante el periodo copto de cristianismo primitivo o el medieval, para ser usada después como material de construcción de una fortaleza en el pueblo de Rashid (Rosetta) en la delta del Nilo. Fue descubierta en 1799 por un soldado de la expedición francesa a Egipto. Como el primer texto bilingüe conocido, la piedra Rosetta despertó gran interés público por su potencial para descifrar el idioma egipcio antiguo que hasta entonces no se había podido traducir. Copias litográficas y moldes en yeso empezaron a circular entre los museos europeos y estudiosos. Mientras tanto, tropas británicas derrotaban a los franceses en Egipto en 1801 y la piedra original cayó en posesión británica bajo la Capitulación de Alejandría. Transportada a Londres, ha sido exhibida públicamente en el Museo Británico desde 1802. Es uno de los objetos más visitados del Museo Británico.

Wikipedia.